La Rosa simboliza desde antiguo misterio. En la catacumba de San Calixto (siglo III) los cristianos dibujaron rosas como signo del paraíso. Cipriano de Cartago escribe que es signo del martirio.
En el siglo V ya la rosa era signo metafórico de la Virgen María. Edulio Caelio fue el primero en llamar a María «rosa entre espinas». Cuatro siglos después el monje Teofanes Graptos usa el mismo símil refiriéndose a la pureza de María y a la fragancia de su gracia.
Para Tertuliano y S. Ambrosio la raíz representa la genealogía de David; el brote es María y la flor, rosa, es
Cristo.
Desde el medioevo se refiriere al texto de Isaías: «saldrá un vástago del tronco de Jesé y un retoño de sus raíces brotará" como referente a María y Jesús. También, del libro de Sabiduría: "He crecido como una palma de Engadi como un rosal en Jericó".
El autor de las letanías lauretanas acuñó la expresión «rosa mística» ampliamente conocida.
En el siglo V ya la rosa era signo metafórico de la Virgen María. Edulio Caelio fue el primero en llamar a María «rosa entre espinas». Cuatro siglos después el monje Teofanes Graptos usa el mismo símil refiriéndose a la pureza de María y a la fragancia de su gracia.
Para Tertuliano y S. Ambrosio la raíz representa la genealogía de David; el brote es María y la flor, rosa, es
Cristo.
Desde el medioevo se refiriere al texto de Isaías: «saldrá un vástago del tronco de Jesé y un retoño de sus raíces brotará" como referente a María y Jesús. También, del libro de Sabiduría: "He crecido como una palma de Engadi como un rosal en Jericó".
El autor de las letanías lauretanas acuñó la expresión «rosa mística» ampliamente conocida.
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