Caminos que nos sugiere María para el año nuevo 2011
El camino de la Ternura
“Los pastores fueron corriendo al Belén y encontraron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre” (Lc 2.16).
María, enséñanos el lenguaje de la ternura, para alejar de nosotros los miedos que paralizan, y para levantar el ánimo a todos los que viven envueltos en la tristeza, en la enfermedad, en la soledad y en la angustia. Recuérdanos siempre que “El mundo tiene necesidad de Dios. Tiene necesidad de valores éticos y espirituales, universales y compartidos, y la religión puede contribuir de manera preciosa a su búsqueda, para la construcción de un orden social justo y pacífico, a nivel nacional e internacional” (Mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz).
El camino de la Paz
“No te dejes vencer por al mal; al contrario, vence el mal con el bien” (Rm 12,17).
María, enséñanos a ser hombres y mujeres de paz, a unir nuestras manos para seguir tejiendo redes de escucha y acogida entre los pueblos. El mundo necesita alfareros de comunión: Ayúdanos a ser “hombres y mujeres de buena voluntad que renueven su compromiso por la construcción de un mundo en el que todos puedan profesar libremente su religión o su fe, y vivir su amor a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente” (Mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz)
El camino de la Esperanza
“Cristo Jesús es nuestra esperanza” (1 Tim 1,1). Con El “Estad siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza” (1 Pe 3,15).
María, llévanos a Jesús, fuente de esperanza, para seguir manteniendo viva la alegría; inícianos en los caminos del Espíritu para dejarnos conducir por Él y vivir así el proyecto nuevo de tu Hijo Jesús. Despierta en la humanidad la sed de Dios que lleva escondida en lo profundo de su ser y alienta la espera de “los discípulos de Cristo, que no se desanimen ante las adversidades actuales, porque el testimonio del Evangelio es y será siempre un signo de contradicción” (Mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz).
El camino de la Verdad
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. (Jn 14, 6).
María, enséñanos a escuchar la Palabra y a amasarla en el interior, como tú, para que se convierta en luz, que alumbre y aliente nuestra vida cristiana. Llévanos a Jesús y acompaña a “La Iglesia en la misión de anunciar sin cesar a Cristo, que es “camino, verdad y vida”, en quien los hombres encuentran la plenitud de la vida religiosa, en quien Dios reconcilió consigo todas las cosas»… esto no excluye el diálogo y la búsqueda común de la verdad en los diferentes ámbitos vitales, pues, como afirma santo Tomás, «toda verdad, independientemente de quien la diga, viene del Espíritu Santo” (Mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz.)
El camino de la libertad
“Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jn 8,32).
María enséñanos a mirar en profundidad a todo ser humano para descubrir su dignidad de hijo/a de Dios. Danos entrañas de misericordia para acoger y respetar el derecho a la vida en todos los ámbitos. Haz que “La familia, primera célula de la sociedad humana, siga siendo el ámbito primordial de formación para unas relaciones armoniosas en todos los ámbitos de la convivencia humana, nacional e internacional. Éste es el camino que se ha de recorrer con sabiduría para construir un tejido social sólido y solidario, y preparar a los jóvenes para que, con un espíritu de comprensión y de paz, asuman su propia responsabilidad en la vida, en una sociedad libre” (Mensaje para la XLIV Jornada Mundial de la Paz.)
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