Por iniciativa del Señor Obispo, Monseñor Oscar Aníbal Salazar Gómez, antes de la bendición para concluir la Eucaristía, nuestros padres: Rubén y Luciola, bendijeron a cada uno de los hijos.
Este momento fue muy especial, en él se ratifica el amor de Dios manifestado en el cuidado, cariño, protección y bendición de nuestros padres.
La familia siempre será una bendición y los papás son sus garantes.
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