lunes, 5 de agosto de 2013
viernes, 8 de marzo de 2013
PALABRAS DE JESÚS EN LA CRUZ EN EL AÑO DE LA FE
Primera
palabra
“Padre,
perdónales, porque no saben lo que hacen” (Luc. 23,34)
Tema: La fe que conduce al Perdón.
La
primera palabra de Jesús en la cruz evidencia no sólo la realidad espiritual de
ese momento, sino que plasma también la nuestra. Colgar a Cristo del madero de
la cruz es desconocer su misión en medio de nosotros: Se desconoció y seguimos desconociendo
que él es la “fuerza de salvación” que
nos libra del temor, así lo dice el evangelista Lucas: “Para que libres de
temor y arrancados de nuestros enemigos le sirvamos con santidad y justicia
todos nuestros días”. Cristo es la fuente de nuestra libertad y el pecado
ha hecho que ignoremos que sólo por Él alcanzaremos la libertad de los hijos de
Dios.
Ignorar
a Cristo es dejarse contagiar de “doctrinas
llamativas y extrañas”, es permitir una experiencia religiosa de bolsillo
que no implique una adhesión definitiva al Evangelio y a la vivencia de las
virtudes que de él se desprenden. El Señor sigue siendo crucificado porque en muchos
lugares su evangelio es sacado de contexto y adaptado para justificar situaciones
de pecado.
La
ignorancia y desconocimiento de Cristo, del que nos habló de la Misericordia
infinita de Dios, nos conduce al error que tiene matices de odios, venganzas y
malos tratos. Desde la cruz el Señor nos dejó como signo de fe verdadera el
perdón como dimensión característica de sus más fervientes discípulos. No
perdonar es descalificar el acto sublime de Jesús que nos demostró desde la
cruz, que el perdón hace parte de los bienes del Reino anunciado por Él; del
perdón se desprende el amor, la justicia y la paz.
Cristo
es el “señor del perdón”; lo predicó y lo vivió, lo incorporó a la vida
ordinaria de sus discípulos y en el año de la fe estamos llamados e invitados
por el mismo Jesús a identificar quien o quienes necesitan de nuestra
comprensión o de nuestro perdón, o por el contrario, quienes están distantes de
nosotros y, en conciencia debemos pedirles perdón.
El
evangelista Mateo nos interpela acerca del perdón que pedimos y del que estamos
dispuestos a dar: “Queda bien claro que
si ustedes perdonan las ofensas a los hombres, también el Padre celestial los
perdonará. En cambio, si no perdonan las ofensas de los hombres, tampoco el
Padre les perdonará a ustedes” (5,7). Una fe madura es fuente de perdón,
cuando es sólo un sentimiento de momento se nos impondrán los odios y los
rencores que laceran el alma y oscurecen la grandeza de creer en el Señor de la
vida y fuente de toda bendición.
Por
la fe el corazón se habilita para tener con los demás los mismos sentimientos y
acciones que imploramos a Dios para nosotros, dice el evangelista Mateo que es
bienaventurado todo aquel que es misericordioso, y, el apóstol Pablo nos
exhorta a perdonarnos unos a otros, así como Cristo nos perdonó. (Cfr. Mt.
6,14. Col. 3,13)
Esta
palabra del Señor en la cruz es sin duda una invitación a dejar todo aquello
que nos impide ver a Dios y nos aleja de la experiencia cristiana del perdón.
Hoy, en la meditación de la muerte del Señor, debemos decir con un corazón
humilde: Perdón, Señor, por no seguir tu Palabra, por una fe débil, por no dar
a los demás lo que diariamente te pedimos.
lunes, 4 de marzo de 2013
Mons. Ricardo Tobón Restrepo
Un saludo muy especial a todos los lectores de este blog. En esta oportunidad les presento una reflexión del Señor Arzobispo de Medellín sobre la realidad de esta ciudad, espero sea motivo de reflexión para Ustedes.
¿QUIÉN RESPONDE ESTOS INTERROGANTES?
Últimamente,
se ha publicitado mucho que Medellín es la más educada, que es ciudad
incluyente, que es modelo de urbe innovadora. Todo eso debe ser cierto, cuando
lo repiten tanto. Nos alegramos por las cosas buenas que tiene y se hacen en
Medellín. Pero, igualmente, sabemos y constatamos cada día que nuestra región
es la más violenta del país, que pasan los años y no logramos aprender una
convivencia pacífica, que en nuestros barrios nos estamos matando.
Ya he escrito
y dicho, en varias ocasiones, lo que todo el mundo sabe: nuestro problema es
muy complejo, está profundamente enquistado en la estructura social, no sirven
soluciones simplistas, parciales y aisladas. Todos, gobierno, academia, mundo
empresarial, instituciones sociales, culturales y religiosas, tenemos que
comprometernos con la causa de la paz dentro de un plan de conjunto,
debidamente concebido y adecuadamente liderado.
La prueba de
que nos está faltando ese proyecto común y ese compromiso de todos son las
preguntas que tantas personas se hacen sin encontrar una respuesta. Puede
resultar útil recoger algunas de ellas:
1. ¿Por qué los medios de comunicación
no informan exactamente la situación de violencia que se vive en el área
metropolitana de Medellín?
2. ¿Por qué si alguien denuncia
personas vinculadas con la violencia, éstas lo saben inmediatamente, exigen
razones y toman represalias?
3. ¿Por qué nadie logra hacer nada para
que no se sigan vinculando niños y adolescentes a la guerra y no continúe la
explotación sexual de niñas en medio del conflicto?
4. ¿Por qué las cárceles, en no pocas
ocasiones, en lugar de controlar la acción de los delincuentes son el lugar
seguro para que ellos planeen y dirijan las acciones criminales y terroristas?
5. ¿Por qué nadie llega al fondo de
eliminar el vínculo entre narcotráfico y violencia, si, como ha dicho una
fuente autorizada, el 97% de los asesinatos en Medellín se derivan del
narcotráfico?
6. ¿Por qué se sigue hablando de
“micro-tráfico” cuando, según datos hechos públicos por los medios de
comunicación, se trata de un “negocio” que en Medellín supera los dos billones
de pesos al año e involucra a un 85% de la población juvenil de las
comunas?
7. ¿Por qué no se aprovecha mejor la
inversión que se hace en educación para que ésta vaya más allá de la
transmisión de datos y se ocupe de lo esencial: enseñar a vivir y a
convivir?
8. ¿Por qué circulan tantas armas
modernas y sofisticadas; quién promueve ese negocio; con qué dinero se
adquieren; quién adiestra para su manejo?
9. ¿Por qué persiste un índice tan alto
de impunidad; dónde están la verdad y la justicia; se puede permitir una
explotación ideológica o económica del dolor de los que sufren?
10. ¿Por qué está tan “barata” la “vida” en Medellín, hasta
permitir que con muy poco dinero y sin mayor esfuerzo se pueda contratar el
asesinato de cualquier persona en la ciudad y sus alrededores?
11. ¿Por qué mejora la infraestructura pero los niveles de
pobreza no bajan; por qué decimos que la ciudad va bien y la gente está mal?
12. ¿Por qué la violencia se ha organizado como una verdadera y
omnipresente empresa, con su gerencia bien localizada, que al fin de cuentas
todo el mundo acepta y respeta?
13. ¿Por qué si se sabe que sin la misión de la familia tal vez
no sea posible la convivencia en una sociedad, no se protege de ciertos medios
de comunicación, de ideologías adversas y de otros factores de riesgo esta
institución natural y fundamental?
14. ¿Por qué tantos viajan tranquilos en su barco de egoísmo y
de codicia, sabiendo que sin una sociedad equitativa y pacífica finalmente su
barco se va a hundir?
15. ¿Por qué la Iglesia no logra con toda su acción
evangelizadora una influencia más visible en la formación de las conciencias y
en la reconstrucción de una sociedad moralmente enferma?
Estamos viviendo en estos días el recrudecimiento de
la violencia, que periódicamente aparece en nuestra región, generando terror,
pobreza y muerte. Se está pasando la hora de que actuemos todos con un plan
integral y a largo plazo, porque los interrogantes enunciados sólo los podemos
responder entre todos.
+ Ricardo Tobón Restrepo
Arzobispo
de Medellín
Demos gracias al Señor por la vida y el ministerio del Señor Arzobispo, a él nuestro saludo y a Dios nuestras oraciones por él.
Un abrazo.
Padre Diego León Ruiz Franco.
lunes, 25 de febrero de 2013
domingo, 24 de febrero de 2013
Instrumentalización de Dios
Escuchando la reflexión del Santo Padre debemos, con honestidad, evaluar las intenciones por las que ejercemos nuestro ministerio, pues tanto en algunos pastores de iglesias no católicas como en algunos sacerdotes católicos, el anuncio del evangelio ha quedado reducido a la instrumentalización de Dios para los propios fines de quienes predican.
Las riquezas de pastores y sacerdotes no tienen ninguna justificación, pues los bienes económicos que se reciben, han de orientarse para las obras de caridad y sostenimiento del culto.
Con dolor escuchamos que un fulano, sacerdote o pastor, dejó de ser el pobre de su barrio y ahora vive entre los ricos como uno de ellos, esto, sin duda es contrario al evangelio.
Orar por los sacerdotes también implica acercarse a ellos y con caridad decirles qué mal hacen cuando instrumentalizan a Dios y se enriquecen con la fe de los fieles.
lunes, 18 de febrero de 2013
miércoles, 13 de febrero de 2013
El Rosario en Cuaresma
domingo, 10 de febrero de 2013
sábado, 9 de febrero de 2013
TESTIMONIO DE FE
En el Centro Pecuario y Agroempresarial SENA, de La Dorada, Caldas, celebramos la Santa Misa en la conmemoración de San Juan Bosco, patrono del SENA, aquí está nuestro testimonio.
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