jueves, 26 de abril de 2012

La presencia del Sacerdote en las comunidades más vulnerables es la misma presencia de Cristo que "pasó haciendo el bien y curando de toda enfermedad".

Para muchos la imagen del Sacerdote ha tomado un aspecto muy negativo por dificultades que no desconocemos, pero que no pueden estigmatizar la vida y la obra de la mayoría de los Sacerdotes que son buenos y trabajan desmedidamente por los demás, así como lo hizo Cristo.

La Persona del Sacerdote es la misma de Cristo, a través de él el Señor Jesús continúa su obra y nos conduce hacia la experiencia plena del amor de Dios.

Estos niños, 50 que hacen parte del Proyecto, y sus familias, han experimentado a través de la presencia del Sacerdote el amor que viene de Dios, y que gracias a los benefactores se ha traducido en obras muy concretas como cariño, comprensión, crecimiento espiritual, alimento, vestido, estudio, recreación sana y crecimiento personal.

SER SACERDOTE VALE LA PENA.

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