miércoles, 2 de diciembre de 2009


Diciembre 18. Día Tercero.
¿Son los sacerdotes felices?

Sí que lo son. Es verdad que pueden tener días malos y períodos difíciles, como toda persona, pero la mayoría de ellos nos dirán que son muy felices como sacerdotes. Ellos reconocerán, no obstante, que no siempre es fácil ser sacerdote, pero las recompensas personales y espirituales son inmensas y profundas. A veces los medios de comunicación difunden la impresión de que los sacerdotes sufren de infelicidad crónica, que son hombres frustrados y amargados. Eso simplemente no es verdad en la inmensa mayoría de los sacerdotes. El sacerdote que se entrega de lleno a Cristo y a vivir su ministerio sin reservas, encuentra que Cristo es la fuente cristalina y fresca de su felicidad.

Niño Jesús, te pedimos sigas concediendo mucha alegría a nuestros sacerdotes para que, a pesar de los ataques de la mala prensa y de los enemigos de la Iglesia, ellos continúen mostrándonos alegremente el camino que nos conduce hacia ti. Amén.

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